Discipulado

DISCIPULADO Y LA VIDA CRISTIANA: DISCIPULADO Y ACOMPAÑAMIENTO. 
Creemos que Jesucristo nos llama a tomar nuestra cruz y seguirle. Por medio del don de la gracia salvadora de Dios, recibimos la potestad de ser hechos discípulos de Jesús, llenos de su Espíritu, siguiendo sus enseñanzas y su camino a una vida nueva a través del sufrimiento. A medida que por la fe somos consecuentes con su manera de vivir, nos vamos transformando a su imagen. Así llegamos a ser hechos conformes a Cristo y fieles a la voluntad de Dios, separados del mal que hay en el mundo.              

 La experiencia de Dios por medio del Espíritu Santo, la oración, las Escrituras y la iglesia nos capacita y nos enseña cómo seguir a Cristo. Asimismo, al seguir a Cristo en nuestras vidas, somos llevados a una relación más estrecha con Dios, y Cristo mora en nosotros. Mediante la gracia, Dios obra en nosotros para volver a crearnos a la imagen de Cristo, quien es a su vez la imagen del Dios invisible. Allí donde la fe cristiana se muestra activa en el amor y la verdad, se encuentra la nueva creación. Por el nuevo nacimiento hemos sido adoptados en la familia de Dios, llegando a ser hijos de Dios. Nuestra participación en Cristo incluye tanto la salvación como el discipulado. 

De la conformidad con Cristo se desprende obligatoriamente el inconformismo con el mundo y el rechazo a todo que este representa. Creemos que la vida cristiana se diferencia de la vida del mundo y cada creyente busca establecer esa diferencia en su propia vida. La verdadera fe fue entraña cuestiones concretas como: 

 La verdadera fe en Cristo supone una disposición a hacer la voluntad de Dios, en lugar de la persecución caprichosa de felicidad individual.

La verdadera fe supone buscar primeramente el reino de Dios en sencillez, en lugar de perseguir el materialismo.

 La verdadera fe supone actuar en paz y justicia, en lugar de recurrir a métodos violentos o militares.

 La verdadera fe supone ser leal ante todo al reino de Dios, en lugar de a ningún estado nacional ni grupo étnico que reclame nuestra lealtad.

 La verdadera fe supone aseverar la verdad con sinceridad, en lugar de depender de juramentos para garantizar que decimos la verdad.

 La verdadera fe supone castidad y fidelidad a los votos matrimoniales por amor, en lugar de la distorsión de relaciones sexuales, contraria a la intención de Dios.

La verdadera fe supone tratar nuestros cuerpos como templos de Dios, en lugar de permitir que arraiguen conductas adictivas. 

La verdadera fe supone realizar obras de compasión y reconciliación, en santidad de vida, en lugar de permitir que el pecado nos domine. Vivimos nuestra fidelidad a Cristo en la vida de amor y el testimonio de la comunidad de la iglesia, que ha de ser un pueblo separado, santo para Dios. 

En todas las áreas de la vida, nuestra vocación es ser discípulos de Jesús. Jesús es nuestro ejemplo, especialmente en su sufrimiento por la justicia sin tomar represalias, en su amor por sus enemigos y en su perdón de los que le persiguieron. Sin embargo, al seguir a Jesús vemos no sólo la cruz, sino que a través de la cruz vemos el gozo de la resurrección. Esperamos que Dios reivindicará a los que siguen el camino estrecho que conduce a la vida. «Si hemos muerto con él, también viviremos con él. Si aguantamos, también reinaremos con él». 

En las Comunidades Cristianas de Paz creemos que el proceso de discipulado es un crecimiento que tiene como meta el parecernos a Cristo, es decir, es continuo, dinámico y sistemático, pero nunca llegaremos de este lado de la vida a ser como Cristo. Para llevar a cabo este proceso en las CCP hemos establecido una diferencia marcada en tres niveles: el nivel uno o nivel de nuevos creyentes, el proceso de discipulado inicia con las clases de bautismo, doctrina de la iglesia. Para la identificación y sistematización del proceso global de discipulado a este nivel le llamaremos: DISCIPULADO CLASE A.

Inmediatamente el nuevo creyente cumple con los requisitos del bautismo se le ofrece la oportunidad de participar en el proceso de madurez y capacitación para asumir la responsabilidad del miembro pactante de las CCP y todos los derechos y deberes que esto incluye. Para este nivel al que llamaremos nivel dos hemos establecido el DISCIPULADO UNO A UNO con los libros 0,1 y 2 de la modalidad RENACIDOS. El libro 3 se ofertara a los que muestren deseos de seguir cultivando la amistad con el discipulador y deseos de profundizar en el conocimiento de la Palabra. Este nivel lo llamaremos DISCIPULADO CLASE B.

Como parte del proceso de crecimiento todos los creyentes de Las Comunidades Cristianas de Paz se les invita a tomar las clases de Antiguo y Nuevo Testamento para enriquecer sus conocimientos de Las Escrsituras e ir formando una pensamiento biblico en cada miembro de la iglesia.

Por la experiencia que hemos tenido hasta la fecha hay personas que están un poco mas avanzada que cuando fueron nuevos creyentes, pero no están en condiciones de avanzar mas en el momento. Esto puede ser muchos factores, incluyendo la falta de madurez espiritual, no tiene prioridades claras, pero muestra el deseo de seguir creciendo. Para estos hemos establecido un nivel intermedio denominado ACOMPANAMIENTO.  Es igual un proceso de discipulado, pero basado en las áreas deficitarias que la persona ha identificado con su discipulador y las atacaran con todas las herramientas que tengan a manos por la gracia de Dios.

Citas bíblicas: 

1. Fil. 3.10. 
2. Rom. 8.12-17. 
3. Rom. 12.1-2. 
4. Mat. 26.39. 
5. Mat. 5.3; 6.25-33. 
6. Zac. 4.6; Mat. 5.6, 9, 38-48. 
7. Jos. 24; Sal. 47; Hech. 5.29. 
8. Mat. 5.33-37. 
9. Mat. 5.27-30. 
10. Miq. 6.8; Rom. 6.12-14. 
11. 1 Ped. 2.21-23; Rom. 12.9-21. 
12. Mat. 7.13-14. 
13. 2 Tim. 2.11-12.